Artículos año 2009 El cine Doré

Por fin he conocido el cine Doré, ese emblema de culto para cinéfilos y sala genuina por su estilo, diseñada, para más coincidencias de cercanía afectiva, por el arquitecto Críspulo Moro Cabeza, abuelo materno de nuestra amiga Enriqueta y, por tanto, vinculado de algún modo a nuestra tierra y sus gentes.

Pero, sobre todo, quería conocer el cine Doré para hacer realidad el imaginario que mi compañero y amigo Carlos Martínez Aguirre me descubrió hace ya más de una década, cuando ambos coincidimos como profesores en el Instituto de Pedro Muñoz y él me habló de esta sala, sede de sus fantasías cinematográficas infantiles y posteriormente motivo del título de su libro de poesía “La camarera del cine Doré y otros poemas” que mereció ser el único finalista del XII Premio Hiperión de Poesía. El libro tomó uno de los poemas para darle título a toda la publicación. Y el citado poema dice así:

A Tania Marot

La camarera del cine Doré

tiene unos ojos que quitan el hipo,

una sonrisa preciosa y un tipo

que aleja el sueño mejor que el café.

Lleva una trenza que verla da gloria

y al acercarse a servir a la mesa

luce tan guapa como una princesa

y da una fiebre de amor transitoria.

Es tan bonita que quiero creer

que se ha escapado de algún fotograma

o de un cartel, y también que sin duda

sus dulces besos habrán de tener

todo el ardiente calor de una dama

de alguna vieja película muda.



El Cine Doré es uno de los locales específicamente cinematográficos de Madrid, y nació como un local para diversas actividades sociales de ocio: lo que entonces se llamaba "un salón". En su actual emplazamiento de la calle Santa Isabel, 3, en el barrio de Antón Martín, se inaugura el 19 de diciembre de 1912 el salón Doré. Tenía capacidad para 1.250 espectadores y estaba compuesto de planta baja y dos pisos, jardín y salón fumador. A partir de los años treinta del siglo pasado, el Cine Doré se configuró como una sala de reestreno, con dos sesiones diarias. Hasta su cierre, en 1963, fue un cine de barriada, conocido popularmente como el "Palacio de las Pipas".

Tras su compra por el Ayuntamiento y la firma del acuerdo de cesión al Ministerio de Cultura, se decide destinarlo a local estable de proyecciones para la Filmoteca Española, y se inicia la restauración, con cargo a este departamento, por el arquitecto Javier Feduchi. Se conservan los elementos arquitectónicos y decorativos del antiguo edificio y se procede a la construcción de una segunda sala en su parte inferior. El hall central se restaura y habilita para que albergue una cafetería y una librería, respetando su característica estructura de patio rectangular con balconada, iluminado por un lucernario central y, en el primer piso, se instalan diversos despachos. Las obras se prolongaron hasta 1989, quedando el cine inaugurado el 28 de febrero del mismo año.

Carlos, a ti te dedico este canto de la calle. No me sirvió la camarera el café vespertino que nos alivió el cansancio de la visita madrileña, aunque sí me fijé en la taquillera que podía encarnar a la musa de tu poema. No importa. Todo son ensoñaciones cuando uno se deja llevar por la irrepetible atmósfera de un salón azul, engalanado con los yesos y estucos modernistas, los palcos que simulan una delicada intimidad o el coqueto patio veraniego tapizado por la yedra para aliviar el rigor de los veranos de la villa. El cine Doré ya forma parte de mis fabulaciones.


@ Justo López Carreño. Diciembre 2009.

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