Artículos año 2010 ¿COMUNICADOS?

Da vértigo pensar que ha pasado una década, dos lustros, diez años o cualquier otro modo de denominar a la medida convencional y arbitraria con la que los humanos tratamos de definir el tiempo. Digo esto porque al reflexionar sobre una década de acontecimientos en nuestro más o menos entorno cercano, me resulta difícil inclinarme por los más significativos, dada su abundancia y su feroz caducidad. De todos modos, si por algo me inclino es por la contundente y amplia transformación que ha tenido la comunicación. Y digo comunicación en un sentido amplio, puesto que afecta a varios sectores y preside amplios espacios de nuestras vidas.

Empezaré por la comunicación entre pueblos y ciudades y que, tomando a Alcázar de San Juan como referente, se ha transformado a un ritmo impensable en épocas anteriores. Si antes Alcázar era un importante núcleo ferroviario, enlace de caminos entre Madrid, Andalucía y Levante, la llegada de la Autovía de los Viñedos en 2005 ha supuesto el mayor logro para abrir una nueva dimensión en las comunicaciones terrestres por carretera además de proporcionar funciones de variante, enlaces con nuevas y antiguas carreteras que se hacen más accesibles y en menor tiempo, etc. En suma, creo que es el acontecimiento que, justo en el ecuador de la década, más impacto ha causado en nuestra comarca.

Pero esta comunicación real, tangible y localizable, queda a la zaga de la revolución causada por esas otras autopistas virtuales y casi ilimitadas que suponen las redes de Internet. El progresivo acceso a su manejo, la facilidad de conexión que ha ido incrementándose también a lo largo de esta última década y el continuo aumento de las posibilidades y herramientas tecnológicas para facilitar su uso, hace que esta otra manera de viajar, de conocer y sobre todo, de poder comunicarse, sea un hecho sin precedentes. Aunque resulte tópico, si nuestros abuelos levantasen la cabeza y vieran que sus nietos o biznietos están chateando, es decir, conversando telemáticamente, con amigos de Inglaterra, EE.UU. o China, en tiempo real y por el mismo precio de conexión, se quedarían más que pasmados de admiración. Y como una derivación de estos procesos de la técnica, la generalización masiva del uso de los teléfonos móviles ha tenido también una enorme repercusión en la vida de las personas, llegando a crear incluso una movildependencia.

Un tercer sector que ha tenido un auge espectacular también en estos últimos diez años han sido los medios de comunicación informativa. Si Alcázar en los años sesenta del pasado siglo apenas contaba con una página incompleta del diario Lanza y algunos breves espacios en los informativos de la TVE regional, en estos momentos y, con mayor o menor tradición en su implantación, goza de varias emisoras de radio, un canal comarcal de televisión propio y unas publicaciones escritas que han sabido superar las crisis, para renacer con un entusiasmo digno de alabarse, como es el caso de El Semanal de la Mancha, sin olvidar otras más oficiales como El Pasaje, que sigue ahí como testimonio de que la continuidad y perseverancia son valores estimables.

Todo lo expuesto me hace pensar que las comunicaciones han marcado esta etapa y han sentado las bases de los años que se avecinan. Sin embargo, ¿estamos de verdad comunicados? Nuestro modelo de convivencia, marcado por la prisa, la caducidad de los aconteceres, la necesidad de llenar nuevos espacios y el escaso aprecio al valor de la comunicación personal y sosegada, nos lleva a una especie de contradicción íntima que genera sentimientos opuestos. Nos gusta conectarnos con el amigo a miles de kilómetros de distancia y nos cuesta emprender una conversación amable con el vecino de al lado a quien vemos a diario.


Yo, que siento a mi padre incomunicado, estos últimos seis años ya, por azares de una cruel enfermedad, sin que la técnica pueda ayudar a mejorar estas carencias, lamento este crecimiento desigual que preside todo lo humano, los grandes avances junto a las miserias irremediables. Y creo finalmente que, ningún modo de comunicación, por muy avanzada que sea la tecnología que reúna, logrará sustituir al cálido encuentro real de las personas que se dirigen a los demás desde el afecto y la cercanía emocional.

Justo López Carreño. Agosto de 2010.

Revista de Feria 2010 de la Cadena Ser en Alcázar de San Juan.

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