Artículos año 2011 Termosolares

El pasado jueves 28 de abril participé, junto a casi quinientas personas más, que componíamos la representación de un mosaico social de la ciudadanía alcazareña y otros visitantes ocasionales pero vinculados de algún modo al proyecto, en la puesta en marcha simbólica de la Central Termosolar Manchasol 1 y 2, situada en los terrenos de la finca de Valdivieso, cerca de la encrucijada de carreteras entre Cinco Casas y Villarta de San Juan.

Proyecto que, en definitiva, marca de algún modo el tránsito de un modelo productivo caduco, el de la explotación agrícola de estas tierras, especialmente mediante cultivos de regadío que eran insostenibles a medio y largo plazo, a otro nuevo basado en la producción de energía limpia o, como dijo didácticamente nuestro alcalde alcazareño, “el paso de producir remolacha o melones a producir megavatios”.

Pero esta transformación, en apariencia sencilla y sin costes adicionales, no es ni tan bondadosa ni tan blanca como nos la quieren presentar, aunque el máximo dirigente blanco, D. Florentino Pérez, esté a la cabeza del conglomerado empresarial que la está ejecutando. Su sello presidió algunos de los elementos que conforman el complejo y también el cóctel multitudinario con el que se obsequió al final de la exposición a todos los asistentes.

Gracias a la espontánea y casual compañía de Álvaro Arenillas, joven empleado de Banesto e Ingeniero Industrial de formación, interesado y conocedor de este tipo de energías alternativas, que se convirtió en mi compañero de viaje en el autobús hasta la central, me fui enterando, con amena claridad, del funcionamiento de este tipo de tecnología además de algunos otros datos relacionados con la financiación del proyecto, dada su vinculación laboral en la referida entidad que es una de las sindicadas para prestar el capital necesario para la puesta en marcha del mismo.

El recorrido por la Central fue realmente impresionante, al poder observar a pocos metros la cantidad de hilos de paneles cilindro parabólicos que han sustituido a las filas de matas de cultivos hortícolas que antes se producían. Pero además, todo ello tras un marco debidamente acondicionado, con sus propios tramos de caminos asfaltados y una disposición casi urbana de los módulos colectores de sol que ocupan una extensión superior a las del propio casco municipal alcazareño.

Pero como en toda obra humana, no todo es oro lo que reluce. Para conseguir acondicionar los más de 1.020.240 de metros cuadrados de superficie del campo solar, se han tenido que trasladar de su entorno o directamente aniquilar más de doscientas encinas centenarias que poblaban parcialmente dichos campos. Este hecho contradice el tipo de políticas proteccionistas que luego se esgrimen por los mismos responsables que ceden cuando el montante general de la operación no permite desaprovechar la ocasión.

También la emisión de residuos a la atmósfera no es tan extremadamente limpia como nos quieren hacer ver, pues parece que en la fase de compresión de los gases que mueven finalmente las turbinas y que se mezclan con las sales fundidas que permiten tener activado el circuito día y noche, se produce una liberación de un 12,5 % de dióxido de carbono, que nunca es inocuo. Claro que, comparado con las centrales térmicas de carbón o con los peligros potenciales de las nucleares, no deja lugar a elegir.

Total que, una vez puesta en funcionamiento, en Alcázar de San Juan contamos con una producción anual de 354,7 millones de kilovatios hora puramente solares, que puede abastecer a casi 12.000 familias simultáneamente de energía eléctrica, aunque aún es pronto para valorar su coste en la factura mensual de los ciudadanos.

Así pues, parte del futuro ha comenzado a escribirse una vez más. Ahora queda que los costes no superen los beneficios y que verdaderamente el tipo de energía aplicada se consolide en pro de un mundo más habitable que el que nos ha tocado vivir en los tiempos de un pasado inconcluso.

@ Justo López Carreño

Abril de 2011
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