|
Artículos año 2005
En pasadas y recientes fechas, aprovechando las escasas vacaciones que le permite su exigente profesión y el requerimiento de salud de su anciana madre, Manolo Delgado ha pasado unos días por su pueblo y ha compartido con familia, amigos y conocidos gran parte del tiempo disponible. Esto, que en sí mismo no sería nunca noticiable, lo es porque Manolo se ha hecho acreedor al título de hijo predilecto de esta ciudad que un día le concediera el gobierno local de turno, no sólo por sus méritos deportivos que así lo avalan, sino, fundamentalmente por la calidad humana de la persona. Estos días hemos tenido ocasión de verlo de entrenar como cualquier deportista de élite que no puede descuidar su forma para que la inminente pretemporada que se avecina no lo encuentre “fuera de juego”, haciendo carrera continua, series y estiramientos con todo el rigor de sus conocimientos y de su dedicación a la actividad física en su mejor dimensión. Igualmente ha departido tanto con los medios de comunicación locales como comarcales, hablando de su auténtica pasión, el fútbol, pues si entre todos los calificativos que pudieramos dedicarle hay uno que sobresale es el de considerarlo como un hombre de fútbol, de esos que se apasionan en las tertulias y que hablan de su deporte favorito poniendo el alma en cada uno de los comentarios. Pero además, Manolo es persona de gran memoria para recordar no sólo los tiempos de esplendor, de su participación en gestas deportivas con su actual club, el Athletic o con la Selección Española, sino que tiene siempre presente sus orígenes, tanto en sus tiempos como estudiante como en sus primeros pinitos futbolísticos, como cuando defendió los colores de un club modesto de nuestra comarca en Villafranca de los Caballeros. Prueba de ello es que se reunió con un grupo de sus antiguos compañeros de esa época para recordar aquellos tiempos en compañía de quien por entonces era su entrenador, Juan Garrido y también del conocido futbolista Jaro, que lo entrenó en épocas escolares. Con todos ellos pasó una velada grata, llena de recuerdos, anécdotas y comentarios críticos del paso del tiempo y de la evolución del fútbol como denominador común. También asistió a la entrega de trofeos en una maratón de Fútol-Sala celebrada en la vecina localidad de Pedro Muñoz en la que acompañó a las damas mayeras en sus labores protocolarias junto a las autoridades locales para dar mayor realce al evento. En definitiva, cuando uno puede gozar de personas de esta calidad humana, accesible y cercana a pesar de la popularidad adquirida, es un privilegio aprovecharlo y ponerlo de manifiesto, sobre todo en este país nuestro en el que casi todos los homenajes suelen hacerse a título póstumo cuando ya el perfume que destilan los protagonistas se evapora en la seca tinta de las hemerotecas o en las cintas de las grabaciones. Creemos que si hubo un nombramiento merecido por parte del municipio alcazareño éste es, sin duda, uno de ellos. El tiempo sigue demostrando lo acertado de la decisión y nosotros deseamos que lo disfrutemos por muchos años más. Justo López Carreño Alcázar de San Juan, 14 de Julio de 2003 |
|
Subir ^ | www.justorien.es © 2024 |